Foto: Juan Antonio Bayona, Un monstruo viene a verme |
Escribiría un poema, si pudiera
no
confundir la vida con palabras,
caminos
y renglones
que
malogren la estética de los días
y
el contorno cristalino de una poética inalcanzable.
Escribiría
un poema
tan
redondo como un sueño de oro,
azaroso
y desprolijo
y
lo instalaría en el centro de la perfección
para
que mi oído aprenda:
la
erosión del tiempo en las palabras,
la
molienda implacable de los huesos,
que
intentan sostener, vanamente, el río de la sangre.
Luego
recortaría
el
poema del papel,
la
palabra del camino,
la
vocal solitaria del grito,